Tobías Gadea es un joven valiente con una actitud muy positiva inspirada por su abuelo, Don Tobías Gadea Medina, quien luchó contra la dictadura de Somoza desde 1959. Hoy su nieto es un preso político más de la dictadura de Ortega por ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente y por demostrar su solidaridad con sus amigos Kevin y Kitzel Pérez, quienes también son hijos del preso político y defensor de DDHH Alexander Pérez. Ellos marchaban exigiendo su liberación de Don Alex sin saber que les costaría su propia libertad. La motivación de todos ellos y los más de 600 presos políticos es una Nicaragua libre con justicia y democracia.
Según acusación del Ministerio Público, pobladores de los barrios El Rosario y 14 de abril ubicados en Estelí llamaron al numero de emergencia de la Policía denunciando que un grupo de personas con rostros cubiertos y armados con tubos lanza morteros y bombas artesanales “alteraban al orden público”. De forma extraoficial se dio a conocer que fue un paramilitar del barrio El Rosario quien hizo la llamada a la policía para que los jóvenes fuesen detenidos, estos simplemente portaban banderas y pancartas en reclamo por justicia y democracia nacional.
Según medios locales se informo que los jóvenes hacían una transmisión en vivo de su marcha para el Comité Azul y Blanco de Estelí, logrando avanzar varios metros hasta que la policía sandinista les dio persecución, fracturando el brazo de una de las manifestantes y golpeando a todos los jóvenes que pudieron secuestrar.
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En medio de un juicio cuestionado por irregularidades denunciadas por familiares y abogados, cinco manifestantes estelianos fueron declarados culpables la noche del martes 06/11/2018 por el delito de exposición de personas al peligro, las “víctimas” son cinco agentes policiales que son señalados por la población de participar en la persecución y detención de los jóvenes. Tobías Rafael Gadea Fonseca, David Alejandro Ortez Rivera,
Roguan Scott Ruiz Centeno todos de 19 años de edad y los hermanos Kevin Pérez y
Kitzel Alexander Pérez Valdivia, de 24 y 22 años, fueron declarados culpables en un juicio que según familiares se desarrolló a puertas cerradas en los juzgados de Managua.