“No saben cuánto en las prisiones seguimos anhelando que el pueblo no se rinda. Queremos seguir luchando junto al pueblo”, le dijo Yaritza Rostrán a los periodistas del Diario La Prensa el 15 de marzo del 2019, día en que fue liberada después de permanecer encarcelada por casi siete meses (ella fue capturada el 25 de agosto del 2018).
A 20 meses de iniciar las protestas en Nicaragua, aún hay personas en las cárceles del país por oponerse al Estado y su política represiva, por participar o por apoyar la lucha denominada “azul y blanco”, a favor de las garantías para el ejercicio de los derechos humanos y las libertades ciudadanas en el país. Y, casi a diario, se reportan nuevas detenciones por parte de la Policía Nacional.
De acuerdo con el Informe de Coyuntura de noviembre de 2019, publicado por FUNIDES, la economía de Nicaragua sufrió graves afectaciones en el año 2019; y las proyecciones económicas para el año 2020 indican que la pobreza y el desempleo crecerán hasta llegar a ser unas 237 mil personas en situación de paro laboral y una tasa de pobreza general de 31.9%, es decir, 2.1 millones de personas.